sábado, 21 de marzo de 2015

[NOTA] Así fue el primer show de Pablo Alborán en Córdoba


Menos en más. El show que Pablo Alborán brindó este viernes en el Espacio Quality ante 1500 personas aplicó esta premisa y funcionó. Dos modestas pantallas a los costados del escenario, seis músicos en escena acompañando, y una amplia gama de instrumentos que incluía desde las clásicas guitarras eléctricas y criollas, hasta un teclado con sintetizador, trompeta y bongós fueron los únicos elementos de la velada.



La atención estaba puesta en él y este contexto minimalista permitió que el público no lo perdiera de vista. Su primer álbum se publicó en febrero de 2011 pero los fans cordobeses tuvieron que esperar hasta este viernes para verlo por primera vez en vivo. Había mucha ansiedad contenida y, atento a ello, el cantante programó un repertorio que además de hacer un repaso casi exhaustivo por las canciones de su último disco, Terral, (La escalera, Está permitido, Pasos de cero, Ecos, Quimera, Recuérdame, Ahogándome en tu adiós, El olvido, Vivela) también incluyó grandes éxitos no tan recientes pero igual de vigentes en sus seguidores como: Te He Echado De Menos, Donde está el amor y Volver a empezar.


Además de cantar y de bailar (talento que muchos le desconocían), Pablo demostró sus habilidades maniobrando gran variedad de instrumentos. Tuvo un solo con guitarra y otro con teclado, responsable de gran cantidad de suspiros, y también demostró sus dotes para la percusión tocando los bongós y un cajón peruano flamenco.

Alborán tenía en sus manos la única oportunidad de dejar una buena primera impresión en el público y, tras un recital que promedió las dos horas, abandonó la “La Docta” con la satisfacción del deber cumplido y la promesa de volver.

“Muy buenas noches familia, por fin llegó el día de estar en Córdoba. Estuve mucho tiempo soñando poder venir acá. Veo que la familia ha crecido y eso me pone muy feliz, gracias por todo su cariño, por sus regalos y por el recibimiento en el aeropuerto. Esta noche ya está, ya soy vuestro para siempre”, recitó el malagueño en su primera pausa y un efusivo “gracias por venir bombón”, resonó en las butacas.

Una seguidilla de sonrisas cómplices, de las que muchas se creyeron merecedoras, y el reiterado contacto visual con los afortunados de las primeras filas fueron las dos armas de seducción más poderosas de este joven que no teme en utilizar hasta su último cartucho cuando de dejar contentas a sus fans se trata.

Fuente: Vos.

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