Quizás para combatir tantas idas y venidas, Pablo Alborán se reconoce como un tipo tranquilo, que invierte su poco tiempo libre en lecturas y cine. Es adicto a la normalidad, y por ello, adora regresar a su tierra, Málaga, para volver a ser un vecino más que va a comprar el pan.
Con millones de discos vendidos y ejércitos de fans, lo común es que el ego de un artista se eleve unos pocos centímetros del suelo. No es su caso. Asegura que su familia se encarga de que no se le suba el éxito a la cabeza.
Hemos hablado con Pablo Alborán de la música que él escucha, le hemos llevado por todos los lugares que va a recorrer durante la gira, hemos sacado sus mejores frases y hasta hemos relacionado metereológicamente su apellido con el nombre de la gira.
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