sábado, 12 de septiembre de 2015

[ENTREVISTA] Pablo Alborán: «Le canto al amor y seguiré haciéndolo, pero no solo soy un baladista romántico»


Lo de Pablo Alborán es uno de esos casos tan excepcionales como prácticamente inexplicables. En época de crisis, el malagueño ha conseguido un buen puñado de discos de platino, es el artista que ha vendido más música en España los tres últimos años y suma seguidores por millones, tanto en los estadios como en las redes sociales y visualizaciones de sus videoclips. Alborán, a sus 26 años, presenta hoy, a las 22 horas, en La Ería su tercer disco 'Terral', y sus seguidores deberían aprovechar porque tras esta gira se tomará un largo respiro.

-¿Qué tal va la gira? ¿Le quedan fuerzas?
-Está siendo una gira divertida y diferente a lo que he hecho otros años, con mucho trabajo y mucho cansancio, pero nunca en el escenario donde me dejo la piel, como si tengo que morir en el escenario.

-¿Por qué dice que es diferente?
-Lo es en todos los sentidos. Me he involucrado en la dirección del directo junto con mi hermano que es el director artístico, lo que hace que todo sea más familiar. La estética del espectáculo también se acerca más a lo que soy yo. Esta todo estudiado para que la gente se divierta, pero no me vale todo, quiero que sea cercano.

-Con 6.000 personas entre el público lo de hacerlo íntimo no parece muy factible...
-Es muy complicado, porque es un espectáculo, pero intento hacer algún chascarrillo, alguna broma y siempre pido que enciendan los focos porque me gusta mirar a los ojos de la gente. Necesito la cercanía. Controlarlo todo es imposible, pero esta gira me ha pedido involucrarme más para hacer lo que yo entiendo que es la música.

-¿Alguna vez ha tenido que renunciar a esa forma de ver la música por exigencias de la industria?
-Hay ocasiones en las que te plantean hacer de todo menos música. Acabo por no hacerlas. Es cierto que para llevar la música a donde todos los artistas queremos hay que hacer otras cosas de promoción, pero en mi equipo somos músicos y eso es lo que sabemos hacer y seguiremos haciendo.

-Habla sobre lo que rodea a la música, pero alguien le ha indicado a qué tiene que sonar para triunfar...
-Precisamente he podido producir este disco en Los Ángeles con un productor maravilloso. He tomado yo las decisiones. La verdad, he de decir que nunca sentí presión de ningún tipo y menos en Warner que es todo muy bohemio, muy de amor al arte.

-Suena muy romántico como ese estilo de baladista romántico que le asocian, ¿le gusta?
-Me gusta, claro. Yo le canto al amor y le seguiré cantando y haciendo baladas, pero no es todo lo que hago. Que la gente sepa que no soy solo eso. Me encanta cuando a los conciertos vienen padres o incluso novios con algunas seguidoras, vienen casi obligados con la idea de que las baladas no les gustan y salen contentos del concierto. Eso me encanta.

-Algunos tildan de 'ñoño' esa etiqueta que le asocian...
-La balada es un recurso que usa toda la gente en todos los estilos. Además todos hablamos del amor y yo creo que hay que seguir cantándole al amor.

-¿Cuándo comenzó a hacerlo?
-De niño y tocando el piano, y con unos nueve años le robaba la guitarra a mi hermano y me encerraba en el baño, donde había un reverberación increíble. La primera canción la compuse a esa edad, no tenía ningún sentido me imagino pero fue el inicio.

-¿Queda algo de ese chaval que comenzaba a tocar por los bares?
-Todo y nada. Un parte de mi sensibilidad sigue poniéndose a flor de piel con las cosas básicas. Me siguen afectando las mismas cosas, pero por otro lado ya no gasto energía en otras cosas inútiles. Lo que muchas veces dicen en rumores no me llevan ni un minuto, pero me siguen importando las cosas de mi familia y mis amigos.

-A veces el éxito hace perder esa perspectiva...
-Sí. Y muchas veces duele, porque hay gente que cuando a alguien le va bien cambia. Por desgracia hay muy poca gente a la que ahora le va bien con la difícil situación que pasan, pero yo aunque me vaya bien sigo siendo un chaval de 26 años que quiere es estar con mi familia y amigos. Mi equipo me ha enseñado que cinco años no son nada, no se te puede ir la pinza.

-Vendiendo más copias que nadie y llenando estadios no será tan fácil...
-Yo amo mi profesión, amo la música. Es lo que quiero hacer y lo que seguiré haciendo toque para cincuenta o para miles.

-¿Cree que lo de ser bien agraciado ha influido en su éxito?
-Espero que no, porque además es que yo no me veo así. Tengo un montón de defectos y muchísimos complejos. Esa imagen de bueno y perfecto es mentira. En las redes sociales intento mostrarme como soy, como cualquier otro chico.

-¿Cuándo encuentra tiempo para la composición entre tanto ajetreo?
-Para mí componer es un desahogo, una terapia. Si llevo mucho tiempo sin escribir me siento mal. Es como ir al psicólogo.

-¿Ha ido ya mucho al psicólogo para un nuevo disco?
-(Ríe). Me queda terapia todavía. Esta gira está siendo muy intensa con muchas historias que necesito contar. Lo que sí tengo claro es que cuando terminemos la gira para final de año, me voy a tomar un parón más largo de lo normal. Llevo ya tiempo muy implicado y no quiero convertirme en una de esas personas obsesionadas con su trabajo, quiero tener la rutina de mis amigos e ir a comprar el pan.

-¿No tiene miedo de perder el tirón?
-No me veo haciendo otra cosa. Si mi música no gusta me haré productor, arreglista o lo que sea, pero siempre vinculado a la música.

Fuente: El Comercio.


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